sábado, 5 de febrero de 2011

ciudad europea

                                               Liverpool, Capital Europea


La europea es una sociedad muy urbanizada, más del 80% de la población vive en núcleos urbanos, y en algunos países del centro de Europa superan el 90%. Este alto índice de urbanización se debe al intenso éxodo rural que hubo en todos los países en los años 30, 50 o 60 del siglo XX, según los casos.
La cultura urbana está muy arraigada en la mentalidad europea. Encontramos ciudades desde el tiempo de los griegos y romanos . La ciudad grecorromana fue el modelo de la ciudad actual. Durante la época medieval las urbes decayeron, aunque se mantuvo en las ciudades islámicas de la península ibérica. Las ciudades cristianas medievales se crearon en torno a un mercado y a los privilegios que le concedía el fuero. Pero el modelo urbano volvió a resurgir con la Edad moderna. Las poblaciones se remodelan durante el Renacimiento y se hacen proyectos de ciudades nuevas, aunque no se construyen nuevos núcleos hasta el Barroco, época en la que también se embellecen con arreglo a los nuevos cánones: grandes vistas y rincones singulares.
Pero la actual es la ciudad contemporánea, en la que se hacen reformas fundamentales: calles nuevas, anchas y arboladas alcantarillas, alumbrado y diversas medidas higienistas. Además, se diseñan las ciudades con criterios policiales y de organización política y administrativa.
También es la época en la que se adapta a los nuevos medios de transporte, como el ferrocarril. En los años 20 surge un nuevo modelo de ciudad: se abren las calles para los coches, se jerarquiza la red viaria; se crean las infraestructuras que llevarán el agua y la electricidad a las casas, se recogen las basuras, etc., y aparece un nuevo tipo de edificio que condicionará el paisaje urbano; el rascacielos y los edificios de varios pisos.
Los edificios de varios pisos permitirán el uso de los bajos para mercado y el resto del edificio para vivienda. La revolución industrial necesita un mercado centralizado, y la concentración de la fuerza de trabajo, con dedicación exclusiva, de ahí que la población se reúna en las ciudades y se desvincule del campo.
Todo esto nos lleva a la creación del centro urbano, dedicado a los negocios; y a la segregación social por barrios, en función del nivel de rentas. Las ciudades se especializan y aparecen barrios con funciones determinadas: negocios, residencia, ocio, turismo, etc.
Además, la ciudad actual necesita de una gran infraestructura que debe situarse en las afueras, desde hospitales y cementerios a vertederos, rondas de circulación, depósitos de agua, transformadores eléctricos, etc. La ciudad debe dotarse, también, de pavimento asfaltado, modernamente calles peatonales, alumbrado, estaciones de transporte y taxi, mobiliario urbano, recogida de basuras y toda una infraestructura sin la cual sería imposible su funcionamiento.
Todo este entramado pide un planeamiento de las acciones, ya que la inversión en dineroes muy grande. Desde comienzos de siglo es están ejecutando estos planes, primero el de gran vía, luego el ensanche, dirigidos a crear el centro urbano, y tras él los distintos barrios. A todo este fenómeno no es ajena la especulación, por lo que los planes se han tenido que modificar con frecuencia dando al plano un aspecto regular donde debe ser regular. Son de destacar las parcelaciones ilegales de los barrios del extrarradio para albergar obreros. Cada una de estas parcelas tiene un plano regular, pero no con la misma orientación que la vecina, lo que da un aspecto muy irregular al plano urbano. Otro fenómeno de albergue obrero es el patio de vecinos en el centro de las ciudades y en el casco antiguo. Con el tiempo la burguesía fue trasladándose al ensanche, y el casco antiguo se fue degradando
socialmente, hasta que, recientemente, el interés por conservar el pasado y la nueva función del casco antiguo, como lugar de ocio y turismo, lo ha revitalizado, para lo que está siendo necesario expulsar de allí a las clases marginadas.
Recientemente, en todas las ciudades se observan fenómenos de rururbanización, que en las ciudades más grandes alcanzan la isócrona de los 30 minutos, he incluso más. Aparecen, así, viviendas unifamiliares en el entorno rural, habitadas por gente que viven de la ciudad, conviviendo con gente que vive en y del campo.
La parte histórica de las ciudades españolas se divide en dos: el casco antiguo y el casco histórico. La ciudad histórica es la que concentra todos los edificios con valor artístico y que merece la pena conservar. El casco antiguo es el que abarca las calles y los edificios anteriores a la revolución industrial. Conserva los restos de su origen y su historia a través de la Edad Media y Moderna. El casco histórico, además del antiguo, incluye el ensanche y las barriadas de extrarradio contemporáneas a él.
Esta es una división administrativa, ya que las calles que forman el casco antiguo tienen un grado de protección mayor. En la actualidad se están haciendo peatonales estas calles, las reformas de edificios debe conservar la fachada y los comercios de
la zona deben tener un aspecto similar y no muy llamativo. En el resto del casco histórico se permite una mayor intervención urbana, pero hay ciertos edificios con altos valores artísticos que están protegidos, para conservar el carácter de los primeros tiempos de la ciudad industrial.

Oscar Alexander Briceño Rico; C.I._19134169;  EES
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